Errores en Digital I

El sector empresarial ha cambiado para siempre. Las empresas, los emprendedores, cualquier que trate de vender, negociar o comercializar algún producto o servicio, está conectado a lo digital. Es una locura vivir en la era de lo digital, al margen de Internet y la Innovación, pero es lo que nos toca. Hoy las infraestructuras tecnológicas tejen todos y cada uno de los nodos donde empresas y clientes se encuentran, son de hecho la base misma de múltiples aspectos para las operaciones de las empresas, tanto dentro como fuera de los límites físicos de cada una de ellas. 

Algunas tecnologías sirven como herramientas de gestión, otras operan interna o externamente, otras permiten la reorganización de nuevos modelos de negocio, mientras que las más nuevas, tienen un carácter claramente disruptivo y revolucionario. En este contexto y con todas estas necesidades, las empresas deben invertir en Innovación y en el universo de lo Digital. Los retos del futuro inmediato son numerosos, desde los nuevos desarrollos, pasando por las interrelaciones, la generación de sinergias y las potencialidades de cada sector u oportunidades y sus mercados en clave digital.

Evidentemente y de manera natural, los clientes y los sectores, se hacen cada vez más inteligentes. La innovación puede estar basada en numerosos campos, tales como algún bot, robot, programa de inteligencia artificial, la voz y sus aplicaciones, la imagen y sus infinitas soluciones, y un largo etcétera. Todo ello provoca ya una atención plena 24 horas al día, 7 días a la semana, mejorando así la atención, el compromiso, la captación, la reducción de gastos, las oportunidades de ingresos, la ventaja competitiva y el ahorro de tiempo. 

Esta necesidad imperiosa de una comunicación digital más y más rápida, nos obliga a poner a la tecnología en la diana, como un elemento imprescindible y cuasi natural de las empresas. Además, a esto podemos sumarle las soluciones reales que nos ofrece ya el big data, la computación en la nube, el Internet de las Cosas, las redes sociales, la realidad virtual (VR) y la realidad aumentada (AR). 

Sin embargo, la implementación de la tecnología no siempre es un proceso sencillo y rápido. Los beneficios, los costes, las oportunidades y los retos de la digitalización de los servicios varían en función del sector, la empresa o el ámbito. Uno de los debates tiene que ver con la digitalización y la competencia como parte de un ciclo de transformación en curso, en el que coexisten a diario oportunidades y debilidades. La digitalización es como una moneda con dos caras. Por un lado, ayuda a las empresas a superar la competencia. Numerosos estudios sobre las principales tendencias de los mercados sugieren que la tecnología nos facilita nuevas formas de relacionarnos o de interactuar con los clientes. Las empresas pueden llegar a estos nuevos clientes de nuevas formas, y pueden reinventar el compromiso del cliente en torno al servicio y a la cercanía. Por otra parte, las continuas innovaciones tecnológicas ofrecen nuevas capacidades y competencias, reproduciendo así la competencia a través de la digitalización. Como resultado, la industria atraviesa ciclos de transformación continua cada semana, siendo a menudo algunos de los cambios tan disruptivos que son difíciles de implementar de manera rápida y sencilla.

Estas ideas nos dan lugar a un nuevo campo de análisis, tales como el impacto de la difusión de la tecnología en los clientes. Las redes sociales y las plataformas de reputación digital tienen un impacto directo en la sociedad en general, influyendo en el servicio al cliente y en el comportamiento de los consumidores, y disminuyendo la interacción personalizada.Incluso la IA y los sistemas anexos, como los asistentes de voz, están creando ya nuevos servicios basados en la tecnología, alterando y remodelando las interacciones del servicio y, por consiguiente, afectando a las experiencias de los clientes, que distorsionan realidad ficción.

¿Cómo lo hacéis en vuestra empresa o proyecto?

¿Lo digital es parte de vuestro ADN ?