La Gentrificación del Turismo

¿Puede Airbnb y otras compañías de la llamada Economía colaborativa ser un arma de doble filo para el Turismo? El éxito de Airbnb a nivel mundial es indudable, pero ¿destruirá la propia marca la atmósfera que buscan los turistas en esos lugares de destino? ¿acabará el turismo por exprimir y eliminar las experiencias?

La idea pasaba por que los visitantes consiguen con Airbnb una experiencia nueva. Los turistas están cansados de las tipicas experiencias de guiris. La marca lanza estos días una nueva campaña publicitaria en esta línea: “No visites París, no des una vuelta turística por París y por favor, no vayas a conocer París” simplemente “Vive en París… Aunque solo sea por una noche”.

Los ayuntamientos con mayor número de apartamentos en Airbnb se encuentran molestos con el modelo actual, según algunos alcaldes cuentan “El centro de la ciudad se está vaciando. Más y más. Ya sólo hay turistas”. Un ejemplo reciente lo encontramos en el ayuntamiento de Palma de Mallorca, que ha decidido prohibir el alquiler de viviendas en edificios plurifamiliares a turistas. Según datos de Airbnb, la ciudad de Palma tiene 171.000 viviendas. Hay 16.000 casas y pisos vacíos, representando más del 9% del conjunto de viviendas en la ciudad. Airbnb tiene en Palma 5.000 anuncios, y hay que tener en cuenta que una vivienda puede anunciarse más de una vez. Recalca que con un 0’8% de las viviendas de Palma, no puede tener un gran impacto sobre el mercado.

Airbnb se presenta como un negocio de bajo impacto, ¿Pero es así realmente?

Ciudades como Reykjavik con 50.000 pisos, de los cuales 2.551 pertenecen a Airbnb, tienen miedo de convertirse en parques de atracciones para turistas, como el caso de Venecia. “Los alquileres de Airbnb y vacacionales están cambiando nuestra comunidad, los precios de las viviendas están subiendo porque la gente ahora compra casas para alquilarlas a turistas, lo que casi impide que la gente que trabaja en la zona pueda alquilar una vivienda” esto comentaba un residente de Joshua tree, un pueblo de California de 7.000 habitantes y donde encontramos más de 22.000 viviendas registradas en Airbnb.

Airbnb quiere conseguir acuerdos con más de 500 ciudades y evitar así conflictos legales. Ha conseguido cerrar ya estos acuerdos con más de 200 ciudades, lo que permite esquivar las batallas que mantiene con otras muchas y demostrar así que no todo es malo con su marca.

Desde hace años la situación entre la compañía y su ciudad natal, San Francisco, es muy complicada. La nueva ordenanza municipal obliga ya a los anfitriones de Airbnb a registrarse en el ayuntamiento. La ciudad de San Francisco considera que la compañía es la culpable de que los anfitriones no se registren, imponiendo una sanción de 1.000$ por cada anfitrión no registrado. Ante esta situación, Airbnb llevó a la ciudad de San Francisco ante un tribunal federal argumentando que violaba algunas leyes.

El conflicto se ha resuelto de la siguiente manera; Airbnb aportará al ayuntamiento de San Francisco todos los meses un listado con todos los apartamentos de la ciudad californiana. Además, la compañía se ha comprometido a retirar todos aquellos apartamentos que el Ayuntamiento de San Francisco considere que incumple la normativa. En los requisitos se incluye que un mismo alquiler no puede superar las 30 noches seguidas, un particular sólo podrá poner en alquiler una unidad y debe vivir en ella al menos 9 meses al año, por lo que no podrá alquilarla más de 90 noches al año.

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